Sobre la base de más de treinta años de formación y experiencia en masajes, naprapatía, herbología y sanación espiritual, la Dra. Rosita Arvigo desarrolló estas técnicas que ahora llevan su nombre.
La Dra. Arvigo las aprendió de su mentor, Don Elijio Panti, el gran chamán maya de Belice en América Central con quien fue aprendiz durante diez años. Don Elijio creía que el centro de una mujer es su útero.